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La gran extensión de nuestro país y su variación de latitud y altitud determinan la existencia de una gran diversidad y abundancia de humedales, de los cuales a continuación se mencionan algunos ejemplos.
La Cuenca del Plata, que en territorio Argentino incluye una región muy amplia de aproximadamente 1.034.000 km2, engloba una gran variedad de humedales. Esta región se encuentra bajo una fuerte influencia de actividades humanas; los ambientes acuáticos permanentes y temporarios son utilizados para la navegación, el abastecimiento de agua dulce, la pesca comercial y deportiva y la recreación. También constituyen una fuente importante de recursos forrajeros. En esta región se encuentran los centros urbanos más grandes de nuestro país, así como importantes zonas de desarrollo agrícola e industrial.
Como ejemplo de humedales vinculados a la Cuenca del Plata están los asociados a la llanura de inundación del Río Paraná, un tipo de ambientes derivados de la dinámica del río, tales como selvas marginales, pajonales, esteros, lagunas y bañados, que proporcionan una gran variedad de hábitat para numerosas especies. Otro caso está dado por los Esteros de Iberá, que constituyen un gran conjunto de 1.400.000 hectáreas de lagunas poco profundas, esteros con abundante vegetación flotante, ríos, arroyos y bosque fluvial.
Por otra parte la Región Chaqueña conforma una porción sustancial de la parte Argentina de la Cuenca del Plata. Es una gran llanura caracterizada por las sequías e inundaciones originadas en la gran variabilidad de lluvias y las crecidas de los ríos.
La Cuenca del Salado en la Provincia de Buenos Aires es de mucha menos extensión pero tiene igualmente gran importancia regional. Constituye la columna vertebral de los ecosistemas pampeanos, con numerosas lagunas y bañados que componen regiones de abundante y singular biodiversidad e interactúan estrechamente con las tierras de producción agropecuaria, asociados con los ciclos anuales del régimen de lluvias. El Río Salado desemboca en la Bahía Samborombón, que constituye una extensa zona intermareal, correspondiente al estuario del Río de la Plata, caracterizada por la presencia de bañados, pantanos salobres y cangrejales.
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Imagen de Laguna de Pozuelos en Jujuy.
Este es un humedal de alta montaña. En esta foto se pueden observar
algunos flamencos y garzas tipicos
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Otro tipo de humedales muy diferentes se observan en las lagunas de alta montaña, desde la Provincia de Jujuy hasta Neuquén. Por ejemplo, las Lagunas de Pozuelos y Vilama (Jujuy) situadas a 3.500 y 4.400 m de altura respectivamente en zonas áridas, presentan amplias variaciones en el nivel de salinidad del agua durante la estación seca y albergan grandes poblaciones de aves acuáticas.
Las zonas costeras constituyen así mismo humedales de gran importancia. En la Provincia de Buenos Aires se destacan la albufera de Mar Chiquita, una laguna costera de agua salada conectada con el mar; el estuario de Bahía Blanca, formado por varios ríos de pequeño tamaño, con extensas zonas intermareales, islas, playas de arena y bañados de agua salobre; y la Bahía Anegada en la desembocadura del Río Colorado, que también presenta una zona intermareal amplia, bañados de agua salada, islas y playas de arena. La costa patagónica presenta numerosas áreas de interés, como la Península de Valdés (Chubut), la Bahía Bustamante (Chubut), el estuario del Río Deseado (Santa Cruz) y la Bahía San Sebastián (Tierra del Fuego), entre otras.
Otro de los grandes humedales que privilegian nuestro territorio es el del Río Dulce-Mar Chiquita de más de 2.000.000 de hectáreas, que estuvieron a punto de ser declarados sitio Ramsar en Julio del 2000, pero que por problemas burocráticos esta postergada, siendo un sistema que tiene características únicas por ser la parte baja de la cuenca endorreica más grande de Argentina y Sudamérica, además de su enorme importancia como regulador del clima de una de las regiones más productivas del país.
El Delta de San Fernando es un mosaico de humedales. En la zona conviven unas 700 especies vegetales, la mitad son potencialmente aptas para el uso del hombre: son medicinales o comestibles. La zona es famosa por sus montes blancos, una especie de selva en galería, donde las especies subtropicales conviven en una región templada, pero en muchos casos, fueron reemplazados por nuevas forestaciones, como los frutales.
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